Si hay una cosa que recuerdo con más claridad de mi época del cole es la procesión de fervor casi religioso que formaban cada día mis compañeros de clase ante los bocatas de mamá. Iban llegando a la hora del almuerzo en cuentagotas hasta formar cola para probar con absoluta devoción su creación diaria. Apenas me quedaba con medio bocadillo, pero no sabéis el orgullo que tenía de poseer aquello que todos anhelaban, mi madre. No es, ni ha sido nunca un genio de los fogones, tampoco pretende serlo, es más, detesta cocinar, siempre dice que pasaría con un huevo frito, sin embargo tiene una mano exquisita a la hora de preparar un simple pero redondo bocadillo de cualquier cosa.
Nunca me ha gustado que decidan por mi, pero en este caso siempre hago una excepción -de lo que quieras mamá!-
No puedo daros sus trucos, los desconozco, a cambio ahí va esta página llena de ideas, http://scanwiches.com/ y algunos ejemplos de lo que se puede hacer con dos trozos de pan y un poco de imaginación. ¿Quién dijo que los bacadillos son aburridos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario